viernes, 3 de febrero de 2017

'Ahí va un periodista'

Me gusta como escribe Manuel Jabois. Hace ya un tiempo que sigo sus columnas en El País. Marida con exquisitez claridad, ironía y elegancia. Puede ser sutil y ácido a la vez, y domina perfectamente el arte del buen escribir, el cual pone siempre a disposición del mensaje, de lo que quiere contar, de la idea que quiere transmitir.

Pero lo que más me atrae de sus artículos es que siempre encuentro una utilidad en ellos. Enseña algo, plasma una reflexión interesante o empuja a pensar en el asunto que aborda. O todo ello a la vez. Al menos a mí. Y lo hace sin adornos innecesarios y situando siempre el foco en lo esencial. Es capaz, en definitiva, de ofrecer en pocas líneas textos valiosos por su profundidad y sus extraordinarias hechuras.



Todo esto viene por su última columna en El País, publicada este pasado miércoles 1 de febrero y que enlazo al final de esta entrada. Habla del futuro del periodismo, centrándose en los diarios de papel, y de los periodistas. Añora "la prensa de antaño, cuando su credibilidad alcanzaba ámbitos extraordinarios". Lamenta que cada vez sea más difícil encontrar periódicos de papel ("adjetivar siempre es reducir, jerarquizar", dice) y que el término periódico a secas se use ya casi exclusivamente para el digital. Apunta incluso que cuando ve a alguien por la calle con un periódico bajo el brazo, lo primero que piensa es "ahí va un periodista". Puede parecer algo exagerado, pero ilustra a la perfección una realidad incuestionable.

Podemos culpar del mal momento del periodismo en general y de la prensa de papel en particular a los tiempos que corren, a la irrupción de las nuevas tecnologías, a la fuerza de internet, las redes sociales y todo lo digital... Son, sin duda, causas que han ayudado a construir su nueva realidad, sí. Pero creo que hay otras más importantes: la ausencia de autocrítica, reconocer lo que se ha hecho mal y rectificar, asumir las razones de una pérdida de credibilidad que ha minado los cimientos de un negocio que se basaba precisamente en eso... Lo dice alguien que es periodista, que ama una profesión que lleva ejerciendo de una forma u otra hace casi 30 años.

El periodismo se ha politizado en exceso, ha caído en el trincherismo, un frentismo en muchas ocasiones más virulento que el protagonizado por los propios partidos, olvidando cuál debe ser la esencia de una profesión bien ejercida. Buscar la verdad con honestidad, profundizar, analizar, explicar, contextualizar... son objetivos que han quedado en un segundo plano frente a otros que en demasiadas ocasiones han acabado prostituyendo una profesión gravemente enferma y con pronóstico más que incierto.

Siempre hay excepciones, claro. Afortunadamente. Pequeños oasis que consiguen que no perdamos la esperanza quienes amamos el periodismo, el de verdad, el auténtico.

Quizá por eso me guste tanto la literatura. Porque, como dice el escritor Adolfo Muñoz, "mientras el mal periodismo utiliza verdades para mentir, la buena literatura nos muestra la verdad utilizando historias inventadas".

http://elpais.com/elpais/2017/01/31/opinion/1485875131_374416.html

(La imagen/dibujo que ilustra esta entrada es de la plataforma de imágenes gratuitas Pixabay)

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