jueves, 19 de enero de 2017

Marketing olfativo para vender libros

Sí, tal como has leído en el titular de esta entrada: marketing olfativo para vender más libros. Que el marketing actúe también en el negocio de los libros no debe sorprender. Cabría preguntarse, de hecho, qué permanece hoy en día ajeno a las telarañas de la mercadotecnia, una disciplina capaz de abarcar las técnicas, estrategias y tácticas más insospechadas y a las que muchas veces permanecemos involuntaria o voluntariamente ajenos. Pero de ahí a recurrir al 'poder persuasivo' de los olores para aumentar la facturación de una librería... No sé a ti, pero a mí me ha sorprendido bastante cuando lo he descubierto.

marketing olfativo y libros


Resulta que el sentido del olfato es más poderoso de lo que en principio podríamos pensar. Al menos eso es lo que cuentan en diferentes libros y manuales de marketing con los que ando bregando últimamente para satisfacer un interés que viene de largo sobre la materia y, de paso, mejorar mi preparación. Ahí va un dato que lo confirma: las personas recordamos un 35 por ciento de lo que olemos, por solo el 5 por ciento de lo que vemos y el 2 de lo que oímos. Y, claro, el marketing lo sabe y ha ideado diferentes técnicas para aprovecharlo.

¿O es que no te has percatado del olor ambiente de buena parte de las tiendas de ropa? Un olor que ha provocado una emoción que nos ha empujado, inconscientemente, a comprar más. Lo cuenta Sara Villegas Saurí en su libro Marketingdencias, quien señala que, de hecho, está empíricamente comprobado que es así. Como, por ejemplo, que el olor a cuero evoca a oficinas o que el de café hace que el tiempo se nos pase más rápido, mientras que con el de talco sucede todo lo contrario. En el caso que nos ocupa de la mecadotecnia no se trata simplemente de que huela bien un sitio, sino de conseguir el aroma exacto que logre las sensaciones que la marca o el negocio quieren.

El negocio de los libros no iba a ser menos, aunque uno pueda de antemano preguntarse cómo es posible si se supone que en un libro solo debe entrar en acción el sentido de la vista y, si me apuras, el del tacto. Se comprobó en una librería de Amberes, donde colocaron frascos con aromas de chocolate escondidos en estanterías. Alrededor de 200 clientes fueron sometido a esta prueba, que tuvo un mes de duración y cuyos resultados fueron después difundidos en un estudio de la Universidad de la ciudad belga. El resultado fue que aumentaron considerablemente la venta de novelas románticas. Es decir, que resulta que oler chocolate predispone a leer historias de amor, según ese estudio. Uno no puede evitar preguntarse qué aroma, entonces, le empujaría a comprar un libro de Paulo Coelho. Dejémoslo, mejor no pensarlo.

Comparto el enlace de una noticia que se extiende algo más en esto que os he contado.

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